No alcanza a comprender mi pensamiento
que seas omnipotente e infinito,
el todo, los silencios y lo escrito.
No llena el corazón tal sentimiento.
Tu nombre no pronuncia más mi aliento
porque te despedazas como un mito
¿puedo acusarme, entonces, del delito
de en mí desvanecerte como el viento?
Mi mente se debate en sensaciones.
Las dudas son en mi alma como cierzos
y agujas aceradas las cuestiones:
si con palabras formas universos
y yo no pude hallarte en oraciones
¿cómo podré encontrarte entre mis versos?