Ábrara a la inversa,
abscisa sin solución,
por tanto, raíz cuadrada imposible de luz
y su albo mérito.
Sobre esos tránsitos crecemos
hacia adelante, pero también hacia atrás crecemos.
Si se preguntara a la abscisa
cuál es el origen del origen
que tu álgebra predica,
quizá respondería
que tal posee el nombre de lo innombrable,
pero que palpita en el ámbito
de lo que no se crea ni se destruye,
entre lo eterno y lo fugaz
de un abrazo, de un beso, desde la ternura
hacia donde parte la lectura de la abscisa.