Corazones apáticos
latiendo por inercia
y que toman un tren con desgana.
Corazones fríos,
corazones sin un mañana.
Corazones sin ideal,
ni migaja de sentido.
Corazones infectados
de indiferencia y desprecio.
Negros corazones necios.
Miradas de odio,
palabras con fin de cuchillo,
actitudes hirientes y otros líos:
corazones sin gota de brillo.
Ya degradado en un rincón
un féretro pequeño:
la paz, el amor y la vida:
la libertad de nuestros sueños.
Corazones escarchados de mierda,
tan hundidos en su miseria,
tan orgullosos de sí
aunque ninguno es feliz.
Tontos corazones necios, y
sin embargo...
¡Tan nuestros!