Escuchamos los pistones de la noche
en las horas
cubiertas por el humo
cubiertas por los pasos
de cuarenta millones de improntas
sombras de fantasmas cinéticos
que en ocasiones
se visten de hombre
de mujer
de perro en cópula
se visten de mosca en el mercado
cuando los precios elevados
que adornan las canastas
amenazan con grabar
el nombre del futuro
en los dulces cráneos
que ríen con las monedas.