Aire arrinconado gotea de tus labios.
Sabes que en algún lugar
del mundo estás siendo torturado;
algo dentro de ti agoniza.
Te reconoces en muros
que el sol ignora y atraviesa.
se te pierde la casa.
Encuentras un perro
y a su sombra le das un nombre.
Cortas una flor;
abres a la mitad un mundo.
De pronto lloras;
has recordado por un instante
tu nombre perdido.
Tocas la esquina de un grito
que podría ser tuyo,
abres la boca y te vuelves agua;
todo a tu alrededor desaparece
- el agua es el único puente
y la primera herida -.
Alguien que no te conoce
te imagina
y estiras tus raíces de sangre
hacia lo oscuro.